Noticias falsas en los medios: efecto, responsabilidad y defensa

Noticias falsas en los medios: efecto, responsabilidad y defensa

A nadie se le escapa que en los últimos años hemos sido testigos de la aparición en los medios de comunicación de un gran número de las conocidas como “noticias falsas” o “fake news” en su denominación anglosajona. Informaciones que buscan engañar o crear otra realidad con el fin de obtener algún tipo de beneficio. Por esta razón, y para entender el comportamiento del público ante este tipo de contenidos, la compañía Estudio de Comunicación, junto a Servimedia, elaboró en junio de 2018 un informe sobre la influencia de las noticias falsas en la opinión pública. Así, a través de las respuestas anónimas de 478 profesionales comunicadores, periodistas, políticos, profesionales liberales y gestores empresariales y, por otra parte, una mesa redonda con profesionales de renombre, Estudio de Comunicación establece diversas variables que explican cómo se comportan los profesionales ante la aparición de las fake news.

Según se puede deducir del informe, existen dos razones claras por las que se generan las fake news: “para perjudicar la imagen y la reputación” y “porque quien las genera cree que puede sacar algún beneficio”. (Gráfico 2)

Pero… ¿cómo detecta la audiencia la falsedad de una información? El 87,4% de los encuestados descubre las noticias falsas “porque dicen cosas que no les encajan”. (Gráfico 4) Los periodistas son, además, quienes más seguros están de no haber difundido una noticia falsa, mientras que los que menos son los políticos. Resulta más que evidente que sean los profesionales que se dedican a la información los que más seguros estén de haber hecho bien su trabajo. Además, ¿cuántos periodistas estarían dispuestos a confesar que publicaron en alguna ocasión una información no veraz? Cabe pensar que ninguno.

Para gran parte de los encuestados el perjuicio reputacional es la principal consecuencia de la aparición de noticias falsas. También señalan las pérdidas económicas y el sufrimiento como posibles efectos adversos. Por esta primera razón es por la que las compañías deben tener calculada, antes de tiempo, qué estrategia es la mejor para hacer frente a los bulos y mentiras. (Gráfico 8).

 

La prensa escrita es el medio de comunicación donde la audiencia ve menos probable encontrar una noticia falsa. La situación cambia por completo cuando se les pregunta por la prensa online. La amplia mayoría de los consultados cree probable o muy probable la difusión de noticias falsas en este medio. Se deduce por tanto, que la prensa escrita cuenta con más reputación. Son los periodistas quienes ven menos probable la propagación de estos contenidos tanto en la prensa escrita como en la digital. Los propios periodistas son, una vez más, quienes más confianza depositan en su profesión, independientemente del medio impreso o digital.

La reputación como mejor defensa

“Para contrarrestar una noticia falsa la mejor arma es la reputación”. Así lo explica Amancio Fernández, director y fundador de “Diarioabierto.es”, que indica que “la labor previa de tener una buena imagen y una transparente reputación ayuda a aminorar los efectos de las fakes news”. En el mismo sentido se desmarcan Bárbara Ruiz, de Onda Cero y Justo Villafañe, presidente de la firma de consultoría Villafañe & Asociados. La primera explica que “cuanta mayor reputación tenga un medio de comunicación, mejor podrá defenderse”, mientras que el segundo indica que “la reputación actúa como escudo”.

Helena Resano, periodista de la Sexta Noticias, apunta a los medios de comunicación como los principales responsables de la difusión de las fake news, aunque también asegura que es responsabilidad del receptor el “distinguir si una información viene de un emisor fiable o no”. Lo mejor para hacer frente a estos contenidos perjudiciales es, agrega, “ser lo más accesible a los medios”, puesto que “no comunicar es la peor solución”.

Quien fuera responsable de Social Media de la Policía Nacional y ahora de Iberdrola, Carlos Fernández Guerra, señala que las marcas también son responsables de la propagación de informaciones no veraces: “éstas no exigen una ética o responsabilidad a las plataformas, que tampoco facilitan un entorno en el que las fake news se puedan detectar”. Rosa Yagüe, directora de comunicación de Coca Cola European Partners, habla de la rapidez y la inmediatez con la que actualmente conviven los medios: “La lucha por ser el primero en publicar una información ha hecho que algunos medios sean más laxos a la hora de contrastar las informaciones y, en ocasiones, participan en la difusión de noticias falsas”, sentencia.

Las noticias falsas han contribuido a la movilización de miles de votos y al condicionamiento de resultados electorales. ¿Realmente es tan beneficiosa la salida de la Unión Europea para el Reino Unido? ¿cuál es el efecto real de la entrada de migrantes en Estados Unidos? Estos son solo dos ejemplos que ponen de manifiesto hasta dónde pueden llegar los efectos de este fenómeno. Lo que parece claro es que las fake news perjudican la construcción de una opinión pública formada y, por tanto, y lo que es más preocupante, de una más democracia sólida y eficaz.